martes, 19 de agosto de 2008

Recuerdos de mi Abuela


Todos nos acordamos de esas manos firmes , llenas surcos, llenas de ternuras, son manos cansadas de la vida, de las mil filigranas que ha tenido que liar, de soportar las rigideces del clima, de la dureza de las mercancías, esas manos la tenemos clavadas todos en nuestros corazones , cual profundidad inaccesible para todos los demás , pero no para uno mismo.
Cuantas veces añoramos sus palabras, sus cuentos, sus nanas, sus sonrisas, cuántas veces nos reímos en su regazo, con sus mimos, sus caratoñas, de sus coquillas, estábamos extasiados, felices como nunca, solo teníamos el cariño de una abuela, distinto por cierto de nuestra madre.
Pero hoy la recuerdo más que nunca, en algo no menos importantes, en cada unos de nuestras formas de pensar, de ver las cosas, de ser tierno y cariñoso como ella, de esas cosas que solo se transmite cuando la ha sentido, del amor que se da sin recibir nada a cambio, solo el mero disfrute de tenerte es suficiente, de que las cosas más simples, la que no hay valor económico, ni material como son el amor de una abuela a sus nietos.
Hoy descubro en mi personalidad , lo entreveía en muchos rasgos míos de las conversaciones que he escuchado a mi madre, de lo linda y buena que era, de su manera de afrontar la vida, de aquellos secretos que se me desvela sencillamente porque yo poseo esos rasgos propios de nuestros antepasados, pero en especial de mi abuela materna.
Hoy le dedico estas palabra de humildad y amor de su nieto, que a pesar de no haberte conocido nunca, siempre te querré, siempre te considere y siempre te adorare mientras tenga algún suspiro de aliento en mi corazón, a pesar de haber pasado mucho tiempo, mucho antes de que yo naciese, te fuiste para no volver, pero dejarte tu semilla en tus hijos, tus frutos en tus nietos, entre ellos me vanaglorio de ser algo tuyo, me siento orgulloso de que hay algo que traspasa las fronteras del tiempo, de que nunca pude besarte, de que nunca pude reírme de tus cuentos, si tengo dentro de mi tu memoria, solo así es como comprendo mi cariño hacia a ti.
Escuchaba embelesado, a mi madre , a mis tías de lo que tu hacia, de la manera de enseñar que tenia con tu maestría a otros niños, de la ternura que ofrecía, de la compresión que mantenía, que todos te quería, era buena y hermosa, cuya lozanía atraía a todo aquel que te conocía, hasta que te cautivo el abuelo, con esos ojos verdes esmeralda, con esa figura estilizada , esa baronía propia de las tierras del Brasil, que por cierto si conocí personalmente, también me cautivo del amor que sentía por ti, distinto a cuanto había conocido, te tenía muy presente, y nunca pudo olvidarte del todo, después de haber pasado más de 40 años. Comprendo que es lo que sentía, mejor aun comprendo que siento yo hoy, sin apenas haberte visto nunca, solo algunas fotos buen conservadas, esa pose natural, y esa sonrisa espontanea me identifico yo con ella, eso es tuyo también.
Hoy los tiempos han cambiado, y los abuelos pasan mucho más tiempo con los nietos, mucho más que los hijos, con razón, se quieren más aun, es mayor el roce, es mayor los juegos y las nanas que se comparte, mas las veces que se tiene que limpiar y cuidar a los pequeños, pero con mimo y paciencia infinita que solo las abuelas pueden hacerlos, por eso , por su sabiduría y ese Amor eterno le dedico estas semblanzas en memoria y en recuerdo de esa abuela que nunca tuve, que siempre quise tener y que aunque no la haya tenido si la quiero aun mas que ayer.


Gracias abuela, siempre te querré.

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