martes, 2 de septiembre de 2008

Poemarios


Como carezco de poco tiempo por ahora , y por estar en periodo de examenes, os dejares algunos de los poemas que yo he escrito, para su deleite y sus sentidos, espero que os guste.

El Encuentro

Un día festivo, un domingo cualquiera, como otro, un día una misteriosa llamada de una señora me invitaba a una fiesta de solteras, separadas y viudas, también como no, solteros como yo. Nunca antes había participado en estos eventos, estaba recluido , desde mucho tiempo atrás en mi casa , solo con la compañía de mis entretenimientos que era la lecturas, el cine y el hogar, sentía que no debería seguir así, hacía mucho tiempo que deje sufrir más por las cosas del corazón, una mujer que ya ni recuerdo como era, la he olvidado, quizás no, pero al menos su recuerdo no me atenaza.

Me apunte a la misma, sin ninguna ilusión, sin ninguna esperanza, no encontraba a nadie que me encendiera, que me ilusionara, que me revitalizara mi corazón, que bastante afligido lo tenía.

Era en Jaén, en un restaurante conocido, en el polígono, como los muchos más que hay. Recóndito, y silencioso. Muy buena ubicación si deseaba pasar desapercibido. Buena Elección.

Llegamos temprano, fui con un compañero, ya que solo quizás no habría ido, no lo sé.

Para perder el tiempo nos acerquemos a la barra a tomar algo para refrescar nuestras resecas gargantas, mientras tanto, disfrutaba viendo entrar gente mucho mas mayor que yo, se le notaba las entrada de los años, pero no por ello no quería disfrutar de la vida, hombres fornidos, del campo, algún que otro industrial, y mujeres, todas a primera vista nada denostaba tu estado civil, pero a quien le importaba, todo querían disfrutar de una velada que prometía.

Conocí a la misteriosa mujer que llamaba a la invitación, aun hoy no sé como localizo mi número de teléfono. Risas y bromas. Entre viandas y cervecita el ambiente se hacía alegre y festivo.

Quería unirme a aquella vorágine de gente ser uno mismo, saber de ellos, pero no era posible, me encontraba extraña, no era de su época, era demasiado joven para ellos, o quizás demasiado tímido para unirme.

Ya dentro, se hizo una espera un poco larga , para los pocos platos que iríamos a cenar, yo tenía hambre, me había acercado con el estomago vacio, para al menos comer algo, no me gusta ir a las fiestas y no probar bocado, me gusta la comida y el buen yantar. Miraba y remiraba a quien podría echarle el ojo, que mujer podría conocer aquella noche, nadie me intrigaba, buenas esculturas, bronceados y lustrosos labios, pero nadie me atraía, mientras tanto…. Por fin vi algo distinto.

Eras tú, entre bambalinas, con un precioso vestido negro, y una flor roja, en tu cabellera rubia, se notaba que era su pelo y no tintado. Figura bajita y una moldura preciosa para mi mirada, me gusto solo verte. Cual graciosa caminar tenias, que me gustaba aun mas, tu sonrisa era un poco forzada, veía algo distinto, no se algo me delataba que tu tenias que conocerme, solo era espejismo e ideas en mi corazón, mientras tanto, te olvide, ya que estaba lejos de mi alcance, solo mi mirada te indicaba que está allí observándote , esperando una llamada. Te veía con personas mucho más mayores que tu, se veía incomoda, su amiga inseparable le invitaba a salir más.

Por unos momentos te ignore, no sabía lo cerca que estaba de mi. Nada presagiaba que aquello no podría quedar así, todo quedaría en un momento donde te registre en mi mente como si fuese una fotografía.

En principio creía que te dedicaba al mundo de la noche, esas oscuras ocupaciones de la carne, pero era solo ideas mías, no cuadraba tu persona con nada de allí, ni de la zona, ni de la provincia, aleje esos pensamientos, me dije que también tiene derecho a tener su porción de amor, a pesar de los pesar.

Mientras transcurría la noche, conocí a gente de granada, mujeres imponente, pero nada me atraía, al menos tendría mi estomago calmado y satisfecho, me di por contento. Las músicas se alternaban entre flamenco, rumbas y baladas, entre chistes y chicas gogo, me invitaron a bailar, por el momento no quise, o no tenía moral para ello, buscaba otra cosa. Alguna señal, algún detalle, mientras miraba fugazmente al lugar donde estaba tu, yo podría verte, ya que soy un poco alto, nos cruzábamos varias veces un interés distinto, algo no decía que tendríamos que conocernos.

Ya metida la noche, y contentos con la ingesta de alcohol, yo no podría beber alcohol por ser el conductor, y mientras conducto no bebo bebidas alcohólica. Salí a bailar. Siempre me ha gustado a bailar, durante mucho tiempo, sentir sudar mis piel y mis músculos hacerse más flexibles, disfrutaba, empezaba a sudar y a reír. Eso era bueno para mí. Mientras tanto tu compañero se me acerco, sigilosamente y me conmino a decirme que su amiga, ósea tu quería conocerme. Ignore la llamada, veía que podría ser una broma, además te veía acompañada con otro hombre mayor, no le hice caso.

Solo pasos varios minutos, y volvió de nuevo, volviéndome a decirme de nuevo su interés por conocerme, se veía que te quería, y me dijo que no fuese duro contigo, que la conociese, quizás entendió que las mirada los decía todo, que nos atraíamos, ella se dio cuenta de eso, desconozco si fue obra tuya o una decisión de ella. No podría escabullirme más.

Acepte el reto de conocerte, que mejor que dentro de un baile lento, cual sorpresa, era de mi estatura ideal, pequeña, menuda y preciosa. Me atrajiste mas, algo me decía que debería de conocerte más y mejor, hice muchas preguntas, como para romper el hielo, apenas entendíamos nada, la música se interponía entre nosotros, pero la noche tenía su fin. Sabría que tenía que irme, al día siguiente trabajaba, y no podría disfrutar más de tu lado, al principio tu nombre lo confundí con Carla, y no con Clara. La emoción, el ruido y el cansancio hizo mella en mí, como quería de verdad conocerte, te entregué un papel con mi nombre y teléfono, no sé, tenia esperanza de que aquello no podría acabar asi. No era lo normal.

Tu cara cariotencida de mi marcha te dejo un poco fría, te sentiste un poco abandonada, lo entendí rápido, pero no tenía otra opción. Prometí verte, se me olvido pedirte el teléfono, ni siquiera donde localizarte.

Unos días después, me dije que si aquella mujer fue capaz de unirme en una fiesta sin conocerla, ella sí debería de conocerte, para invitarte a la misma, así fue, ella fue el enlacé de poder contactar contigo, al principio era reacia a dármelo, pero mi pretensión y seriedad veía que iba en serio, que quería conocerte. .Gracias Amiga, te debo una razón más por ello.

Después contacte contigo, se notaba que me recordaba perfectamente, un poco asustada, pero sabía que no teníamos nada que perder y sí que ganar, aunque solo fuese la amistad.

Primer chasco, y un poco cabreado, ya que no pude localizarte en el lugar convenido, creí que era una tomadura de pelo, pero algo me decía que no.

No sabía cómo localizarte, creía que no podría ir a la cita, algún imprevisto ocurriría, yo no tenía en mi poder tu número de teléfono, estuve que volver a llamar a la misteriosa, aunque ya no era tan misteriosa, ya la conocía, mi estimada Lola, otra vez, tus favores intercedió de nuevo, a pesar de que nada pude para resolver la espera, tu no cogías el teléfono, misión imposible. Nada pude hacer aquella noche. Ya te creía perdida para siempre, no soy hombre de nuevos intentos si no tengo la motivación suficiente, y el interés manifiesto por algo o alguien.

Fuiste tú, quien me llamo, te pondría en antecedentes, quisiste quitarte una espina clavada, algo que no debías haber hecho, descuido o planto, no era correcto y accediste a conocerme en mi localidad de residencia. Yo conocía un lugar precioso, por haber trabajado allí, los jardines del vivero, allí trascurrió el tiempo, allí fue donde empecemos a conocernos, allí fue donde conocí tus huellas de tu heridas del la pierna, tu tatuaje, tu vida, tu momentos, allí fue donde te vi más hermosa a la luz del día, si claros oscuros, sin sombras, completa y cercana. Allí fue donde grabe tu tono, tu voz, allí tu manos menudas, tu presencia, allí supe que pasaría algún tiempo mas, que podríamos conocernos, que algo podría haber, si nuestras dichas eran buenas.

Allí fue donde dimos nuestros primeros paseos, nuestros primero bocaditos de pescadito juntos, como si de una pareja fuéramos, parecías que nos conocíamos de mucho tiempo atrás, no nos cohibimos para nada, sentíamos confianza y algo de cariño.

Ese fue nuestro primer encuentro.


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