jueves, 16 de abril de 2009

El autobus.


Linderos del tiempo, lento transcurrir se percibe encima de un asiento de un autobús. Paisajes conocidos, olivos, naranjo y vides, Casitas blancas, cobertizo, y algunos tractores, Ruidos de la naturaleza, aullidos y vuelos de pájaros. Nosotros impasibles, entretenido mirando por la ventanilla, recostado en nuestro sillón, moviéndonos al son de lento murmullo de motores en marcha, Nada no importa, ni siquiera lo que habla en los asientos de atrás, ni las miradas furtivas de esos desconocidos que nos encontramos. Solo nosotros mismos, con nuestro corazón lastimado, pero orgulloso del esfuerzo de amar a otra persona. Es difícil pero hermoso, como si fuese un parto natural, fluye energía de nuestras interioridades y algo muy personal nuestro, como si dejáramos algo de nuestra alma, algo divisible, que contiene emoción, paz y amor. Una sensación que todos tenemos y nunca logramos retener, es tan esquivo, tan difícil de enjaular, que siempre buscamos mas de lo mismo, nunca se sabe quien no lo puede dar, si esa peluquera que tiene cara de mariposa o aquella mujercita menuda , que invita a contemplarla o amarla también, En las lejanías, se percibe alto montes, queremos ir allí, con nuestra imaginación, con nuestros recuerdos vividos, allí en lo alto, donde se entrecruzan miles de aromas, olores y colores, donde se extasía los sentidos, viendo la naturaleza en pleno poder primaveral, quizás así es nuestros corazones, que poco lo conocemos y que inmenso placer nos proporciona. Y todo sin moverme de mi asiento, que poderosa fuerza es nuestra imaginación, pero mas poderosa es la sensación de haberlo vivido, de haberlo sentido. Quiero volverlo a sentir, quiero ese fragmento de recuerdos, esa sensación de amor pleno y natural.

En todo el trayecto, me doy cuenta que estoy volando,como si estuviese flotando sobre estos hermosos parajes, mi espiritu relajado, mi manos acariciando el frio cristal, quizas intentando acariciarte a ti en alguna parte de mis sueños.

Me encuentro solo, lejos de ti, pero cerca de mi corazon, observo que no hay distancias en cuanto se trata de ti, te encuentro dentro de mi. Cerca de mi boca, porque siempre anhelo besarte, como miel sobre hielo.

Porque estoy asi, solo puede ser que sueño depierto, o que los paisajes invita a recordarte asi.
Cuantas veces he soñado asi, siempre que he viajado en el autobus, siempre procuro estar cerca de una ventana de cristal, para no perdeme detalles. Paz, luz y color.

Autor: Gregorio Rodríguez Garcia.

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